miércoles, 16 de marzo de 2011

Tú, no.

Mírame.
No estoy rota.
No soy débil.
No lloro.
Me has dejado insensible con tus juegos, con tus manipulaciones.
Me has hecho llorar tantas veces que se me han secado las lágrimas.
Me has quemado tantas veces que me he resignado a ver mis cenizas en el aire.
Me has roto tantas veces que he pisoteado mis pedazos en el suelo.
Me has matado tantas veces que he decidido no resucitar.
Ya es sufuciente. Creo que te has divertido bastante a mi costa, a costa de mis sentimientos.
No voy a mentirte, a decirte que no podría soportar una mentira más.
Puedo soportar cientos, miles, las que sean. Pero ya no quiero.
No quiero, principalmente, porque no importa. Tú, no.




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